sábado, junio 23, 2007

ALTERNATIVAS ESPERANZADORAS

Los dos textos propuestos en la clase presentan alternativas para romper con la racionalidad económica imperante en el área rural que pueden servir como modelos alternativos para implementarse en otras áreas rurales e incluso urbanas.
La experiencia relatada por Amalia Gonzáles me gusta mucho porque se refiere a San Cristóbal y pues necesariamente me enfrenta a realidad inmediata en la que vivo y por otro lado me hace sentir que este tipo de propuestas esperanzadoras no son de espacios distantes imaginarios e irreales sino pues son factibles y posibles aunque si soñados previamente.
Amalia Gonzáles articula lo global y lo local en su presentación, para explicar como las politicas internacionales y publicas incidieron no sólo en las formas de producción sino en todo su proceso para decidir qué se produce, cómo se produce y cómo se distribuye y como resultado como de esto la agricultura sufrió un proceso de industrialización así también explica como los productores más pequeños fueron separados de sus prácticas tradicionales que tenían una lógica de reproducción familiar y del entorno pues servían para alimentarlos y para mantener el paisaje para adoptar una lógica mercantilista en la cual se produce para vender y se compra para comer teniendo como base la sobreexplotación de los recursos naturales.
La producción de alimentos a gran escala ha tenido impactos en la economía de los pequeños productores, en el cambio de patrones alimenticios, en el paisaje rural, en las economías locales, en el abandono de las practicas tradicionales agrícolas, y en los alimentos mismos, entre otros impactos, dentro de estos la autora destaca como el concepto de calidad alimentaría se altera también para centrarse en inocuidad de los alimentos pues estos también fueron afectados en su calidad y nutrientes al ser producidos con grandes cantidades de insecticidas, abonos y manipulación genética por lo que ante la necesidad de mantener las ventas ha obligado al mercado internacional a que los gobiernos asuman un conjunto de normas internacionales que permitan mantener ciertas estándares de calidad que permitan el acceso a los consumidores de productos saludablemente aceptables pero el asunto es que no todos los productores pueden apegarse a esas normas por los altos costos que significa. Esta situación ha alertado a un grupo selecto de consumidores que a parte de cuidar su salud también se enfrentan hacia las estructuras capitalistas al romper el monopolio y tratar de volver a la compra y venta con el productor directo.
En este punto se insertan las localidades al ofrecer la posibilidad de crear mercados con ciclos de producción y distribución local, muchos agricultores chiapanecos que no pueden insertarse en la dinámica del mercado global al no poder cumplir sus estadares de producción han tomado conciencia de la oportunidad de vender en estos mercados alternativos locales. Los mercados alternativos locales son definidos como “las propuestas de mercados alternativos locales se interesan por los valores y las técnicas promovidos por la agricultura orgánica. Esto no quiere decir que haya un condicionamiento para la ostentación de una certificación internacional. El eje central de estos grupos valora la compra directa y el esfuerzo de los pequeños productores por ofrecer alimentos en cuyo proceso productivo no se aplicaron agroquímicos, no utilizan Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y; en el caso de la cría de animales (bovino, aves, porcino, peces, etc.), éstas deben hacerse bajo prácticas que respeten el ritmo metabólico de los animales, no usar alimentos industriales y privilegiar razas locales con formas de manejo no intensivas”. Estos mercados suponen dos actores básicos los pequeños productores y los consumidores. Ambos se caracterizan por el deseo de satisfacer sus necesidades inmediatas claro pero también por hacerlo de la manera más sana y haciendo una aprovechamiento racional de los recursos naturales (González, 2006:4). En la experiencia relatada por Gonzáles también aparecen otros actores como son los técnicos y las organizaciones de desarrollo que se de deciden a apoyar estos procesos y que promueven en la medida de sus capacidades el dialogo de saberes, al tratar de recuperar los saberes tradicionales y adecuarlos o complementarlos con las practicas científicas.
Destaca también en esta experiencia la participación de todos los actores como una acción propositiva y voluntaria en que todas las partes ofrecen su opinión pero al final deciden los interesados propiamente los campesinos quienes saben que buscan estos consumidores “reflexivos”. Estos mercados pues se convierten en espacios de dialogo y consenso con realmente una accesoria de los técnicos y no una imposición, se evidencia como los actores locales ya sea productores o comerciantes tienen iniciativas que pueden ser apoyadas por los técnicos y tal parece que hasta con mejores resultados que las propuestas que se hacen a la inversa.
La experiencia de mercados alternativos aparejada con las técnicas de agricultura urbana también podría ser una alternativa viable para abaratar productos recuperar las pocas zonas verdes urbanas y mejorar la alimentación tanto de consumidores como de productores pero requiere la participación empoderada, la conciencia activa y los recursos técnicos que orienten su puesta en marcha y claro la existencia de “consumidores reflexivos”.


González, Alma Amalia, (2006) Mercados alternativos locales frente al sistema agroalimentario global, Revista LIDER, No. 15, Año 11


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